domingo, 28 de marzo de 2010

UNA ALTERNATIVA ANTE LA NARCOECONOMÍA

José María Carmona

Segunda y última parte

En esta segunda entrega, se trata del significado económico-financiero de la estrategia calderonista, contra el crimen organizado y particularmente contra el narcotráfico. Como se dijo la actividad del narcotráfico genera una renta cuyo monto es de varios miles de millones de dólares  que es apropiada por los carteles mexicanos, este hecho genera una sangría financiera para el sistema financiero de los Estados Unidos, por lo que el gobierno de ese país no esta dispuesto a que esta cantidad se fugue, es por ello la razón del Plan Mérida.

La asistencia estadounidense tiene el objetivo central de intervenir directamente en la guerra, pero al mismo tiempo en la toma de decisiones en la propia estrategia lo que quiere decir la injerencia directa de los organismos de inteligencia del gobierno estadounidense en los asuntos del país, violando la soberanía y al mismo tiempo llenando el vacio que ha dejado la incapacidad del ejercito y las fuerzas policiacas en esta guerra fallida.

Para algunos especialistas la estrategia contra el combate al narcotráfico tan solo ha servido para regular el mercado de las drogas y favorecer a uno de los principales carteles como es el del pacifico.

Si bien es cierto que el cierre de la frontera norte y el aumento de las medidas de seguridad por los Estados Unidos para disminuir al máximo el narcotráfico ha dado lugar a que la droga se coloque en el mercado interno mexicano, aumentando la capacidad financiera, militar y delictiva de los carteles, además de su penetración en la economía formal del país mediante el lavado de dinero, como ya se explico en la pasada entrega.

Pero para los dueños del capital en México, es inaceptable convivir con una lacra social como son los carteles de la droga que además tiene un control patrimonial y territorial en el país y no sometido a las leyes formales de la economía formal, aunque esta afirmación es relativamente verdadera, porque el lavado de dinero ya es determinante en la economía formal, es decir, los más decentes empresarios más de alguna vez han hecho una transacción con la delincuencia organizada de forma indirecta, obteniendo jugosas ganancias.

Otro aspecto importante a considerar es que el narcotráfico ha llenado el vacio económico y político que ha dejado el gobierno por su política de abandono al fomento productivo agrícola. Como se sabe el campo mexicano vive una de sus peores crisis y desde hace más de 25 años  entró en un proceso de descapitalización por la política neoliberal que consiste en la eliminación de los subsidios a la producción agrícola, la falta de financiamiento por parte de la banca de desarrollo y de asistencia técnica y principalmente en las zonas marginadas del campo mexicano.

Esta situación fue el campo de cultivo para los carteles de la droga que comenzaron a financiar a los campesinos pobres con fuertes cantidades financieras para el cultivo de la mariguana, también la migración y el abandono de grandes extensiones agrícolas contribuyeron a este proceso, solo así se explica el dominio territorial del narcotráfico, aunado al crecimiento de su base social; en pocas palabras más de nueve mil localidades y comunidades en México viven de la actividad que genera la narcoeconomía que ha llevado "progreso y bienestar" a esta parte de la población que ahí vive.

La composición de la demanda de la droga tanto en Estados Unidos como en México ha sido criminalizada por el estado, lo que fomenta los altos precios de consumo, además que el narcomenudeo encuentra una demanda porque se ha convertido en un sustituto alimentario para amplios sectores de la población empobrecida que no cuenta con el ingreso y el poder adquisitivo para la compra de alimentos.

Cada día crece el consenso que la estrategia  del combate al narcotráfico en México ha fracasado y que no debe de ser la única alternativa para resolver este problema lo que es cierto.

Edgardo Buscaglia sostiene la tesis de que para combatir al narcotráfico es indispensable atacar su dominio patrimonial, lo que en parte es cierto, pero insuficiente, por lo que es necesario llevar a cabo todas las medidas como las siguientes:

La derogación de las reformas al artículo 27 constitucional hechas en el gobierno de Salinas de Gortari y la nacionalización de toda la propiedad agrícola del país, acompañada de una fuerte   inversión financiera al fomento de la producción agrícola con un programa de asistencia técnica al campo, donde se usen las reservas internacionales del país para llevar esta política al sector agrícola de México.

Otra medida es la descriminación del consumo de drogas y la legalización de la compra-venta de la misma.

Sustituir al ejército mexicano y a la policía preventiva del combate al narcotráfico mediante la entrega de armamento a la población civil quien se organizara en los barrios y colonias populares mediante milicias para garantizar la seguridad publica ante el fracaso de la policía municipal y estatal ante el crimen organizado.

Echar abajo el Plan Mérida no tan solo por ser violatorio de la soberanía nacional, sino porque es un instrumento para regular el mercado de las drogas en manos de las mafias así como la estrategia de Calderón contra el crimen organizado y en particular contra el narcotráfico.

 Este conjunto de medidas, podrán contribuir a eliminar el problema de la narcoeconomía y el poder militar de los carteles de la droga ante el fracaso del gobierno de Calderón.

 




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