lunes, 23 de agosto de 2010

ECONOMIA, SEGURIDAD Y CHARLAS DE CAFÉ

 

José María Carmona

 

Después de las charlas de café de Calderón con los actores sociales y políticos del país – perdón los Diálogos por la Seguridad- donde quiso repartir responsabilidades sobre el fracaso de la estrategia contra el crimen organizado, Calderón ahora se prepara para presentar su Cuarto Informe de gobierno y el paquete económico para el 2011 en medio del descredito social ante la incapacidad de dar una respuesta por los efectos de la crisis económica del año pasado.

 

No habrá mucho que informar, ni tampoco grandes anuncios lo único positivo es que la economía mexicana volvió a crecer durante el primer semestre del año más allá de las expectativas, sin embargo este nuevo crecimiento se ve empañado con la noticia de que la economía de los Estados Unidos podría entrar en una nueva recesión en el corto plazo.

 

Aunque la severa crisis económica del año pasado, fue una oportunidad  para que tanto el gobierno de Calderón como las cúpulas empresariales pudieran haber replanteado el modelo económico y emprender un conjunto de medidas para convertir el mercado interno en el motor del crecimiento económico en el mediano plazo, sin embargo no se aprovecho esta crisis como oportunidad para el país, al contrario se continua con el modelo exportador para  abastecer la demanda externa de una parte de los Estados Unidos.

 

Los problemas estructurales que enfrenta la economía mexicana no serán resueltos con un nuevo paquete económico o con las supuestas reformas estructurales, los efectos sobre la población son negativos, simplemente existen más de 12 millones de mexicanos en la economía informal, y la migración a los Estados Unidos es elevada, a esto hay que agregar la alta tasa de desempleo juvenil, donde prácticamente toda una generación no tiene perspectivas en el corto plazo porque no tienen la oportunidad de trabajar o seguir estudiando por lo que se les ha denominado "la generación nini".

 

Ahora se sabe que el empleo informal alcanza el 28.8 por ciento de la Población Económicamente Activa, mientras que la población que labora en las empresas representa el 48 por ciento de la población ocupada, en las instituciones el 14.2 por ciento, un dato que llama la atención es que el 4.5 por ciento de la población ocupada se dedica al trabajo domestico, mientras que tan solo el 6.5 por ciento de la misma esta dedicada a la agricultura de subsistencia, de acuerdo con información del INEGI.

 

Todavía el desempleo en el país es alto de más de 5.5 por ciento que presenta casi dos millones 500 mil personas que no encuentran trabajo y que anualmente se requiere generar por lo menos un millón de puestos de trabajo, pero bajo las actuales circunstancias es imposible alcanzar esa meta en el mediano plazo.

 

A lo anterior hay que añadir que el 30 por ciento de la población ocupada tiene un ingreso mensual entre 1 a 2 salarios mínimos y que la perdida del poder adquisitivo de los salarios alcanzan entre 30 por ciento en los últimos 5 años.

 

Así pues, la política económica que contendrá el proyecto de presupuesto del gobierno federal para el año 2011 no tendrá la finalidad de modificar esos problemas estructurales tanto de la economía como del mercado laboral sino al contrario tanto las cúpulas empresariales como el gobierno calderonista pretende flexibilizar el mercado laboral por medio de la reforma a la Ley Federal del Trabajo, para hacer más precarias las remuneraciones salariales en el corto plazo.

 

Sin bien es cierto que el año que entra de acuerdo a las proyecciones hechas por la Secretaria de Hacienda, la economía continuara creciendo, pero lo hará a un ritmo menor en comparación al que se registrara en el presente año como producto de la desaceleración de la económica internacional.

 

De esta manera la política económica continuara siendo la misma donde el objetivo es mantener bajo control la inflación, reducir el déficit fiscal  y mantener en equilibrio las cuentas externas, pero  lo importante y prioritario para el gobierno es la estabilidad financiera que genere certidumbre para los inversionistas, aunque la consolidación del crecimiento económico en el mediano plazo este condicionado al mercado externo y los problemas estructurales de empleo y distribución del ingreso queden para mejores tiempos.

 

Por ahora el problema económico del país ha quedado en segundo plano porque la prioridad es la seguridad que ya ha rebasado no solamente al gobierno federal sino a toda la estructura del estado mexicano, pero esta situación no es casual es producto del modelo económico que no solamente ha empobrecido a la población sino que ahora a entrado en un proceso de descomposición social que no se pueda corregir únicamente con charlas de café entre el gobierno y los actores sociales.

   

 

 

    


 

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